Título: Heima es hogar en islandés
Autor: Laia Soler
Número de páginas: 353
¿Puede estar tu hogar a miles de kilómetros de casa?
Ver la vida en blanco y negro no es divertido.
Laura padece una extraña enfermedad que le impide apreciar los colores, pero si últimamente su vida es gris no es solo porque sufre acromatopsia. Acaba de romper con su novio y sus padres no dejan de pelearse tras el divorcio. Por eso, decide alejarse de todo y toma el primer avión que sale del aeropuerto.
Laura padece una extraña enfermedad que le impide apreciar los colores, pero si últimamente su vida es gris no es solo porque sufre acromatopsia. Acaba de romper con su novio y sus padres no dejan de pelearse tras el divorcio. Por eso, decide alejarse de todo y toma el primer avión que sale del aeropuerto.
El destino la lleva hasta Reikiavik, Islandia. Allí conoce al simpático
Orri, quien le propone emprender un viaje para recorrer el país con él y
con su no tan simpático amigo Goudjon (N:no se escribe así, pero es lo
más parecido con el teclado latino). Quizá no sea una idea sensata, pero
no es que Islandia ofrezca muchas opciones a una chica que se ha
escapado de casa.
Lo que Laura nunca podría sospechar es que los dos islandeses esconden
un secreto imposible de creer, incluso para alguien como ella, y que ese
viaje la cambiaría para siempre.
Si bien he de decir que al principio no me he enganchado y que he pasado
como unas dos semanas para leerlo porque no me apetecía mucho, también
debo decir que al llegar a la mitad no lo he podido soltar.
Me ha gustado mucho eso de que la chica coja un destino que no es muy
habitual, ya que me ha encantado descubrir un país del que solo sabía el
nombre y poco más.
Lo que me ha parecido un poco extraño es que la protagonista se vaya de
viaje de carretera con dos chicos que no conoce de nada, porque seamos
realistas, no creo que sea algo habitual (que no digo que no haya gente
que lo haga, que pueden hacer lo que quieran, pero que se atengan a las
consecuencias).
Me ha gustado también que en la trama, a parte de las historia
principal, te cuenten las principales atracciones turísticas, que son y
demás datos que no esperaba encontrar, y también me he divertido
enormemente intentando pronunciar las palabras en islandés que daban
nombre a los capítulos.
Los personajes me ha parecido muy curiosos, y aunque al principio la
trama no me atraía especialmente, cuando lees, a lo largo de esta, te
vas enterando de cosas que te hacen querer saber más.
Y quiero decir una última cosa, no quiero decirlo en plan spoiler ni
nada, pero procurad leer el libro cuando estéis felices y contentos,
porque yo aún así no me he podido resistir a soltar alguna lágrima.
"Yo no creo en Dios. Al menos, no creo en el dios en el que creen mi padre y mi madre, el de la Biblia, el hijo clavado en la cruz y la paloma. No creo que haya cielo ni infierno. Ya te lo dije el otro día: yo creo que Dios es la naturaleza, porque nuestro universo, nuestra tierra, es el principio y el final de toda vida. Y creo que cuando alguien desaparece, su alma se rompe en mil pedazos, y estos van al aire, a los pétalos de las flores, a los glaciares, a los volcanes, a los lagos, a la tierra... Creo que ahí es dónde iré yo -dijo, con un hilo de voz-. Cuando me eches de menos, piensa que no me he ido del todo- personaje del cual no pienso decir el nombre porque podría ser spoiler"
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